MG Aceite de Madrid

UN ACEITE DE GRAN CALIDAD CON ESCASA ACIDEZ, COLOR AMARILLO INTENSO Y BRILLANTE, AROMAS LIMPIOS Y FRUTADOS QUE SE LLEVA CULTIVANDO MÁS DE OCHO SIGLOS.

Los primeros olivares dentro de la Comunidad de Madrid datan del Siglo XIII. En el libro “Historia de Valdilecha, un pueblo de Madrid” (D. Vicente Cristóbal  López) ya se pueden encontrar referencias de los primeros molinos y  almazaras dentro de la Comunidad.

En nuestra Comunidad  verdean alrededor de 25.000 hectáreas de olivar y son cerca de 4.500 agricultores los que dedican su vida a trabajarlos. De todos los cultivos leñosos es el más extenso dentro de la región,  incluso por encima de la viña.

La zona de producción, elaboración y envasado del aceite de la Marca de Garantía está situada en las comarcas naturales de Las Vegas, Campiña, Suroccidental, zona Suroriental de Lozoya-Somosierra y Área Metropolitana de la Comunidad de Madrid.

Los términos municipales que comprenden la D.O. son:

Ajalvir, El Álamo, Alcalá de Henares, Aldea del Fresno, Algete, Ambite, Anchuelo, Aranjuez, Arganda del Rey, Batres, Belmonte de Tajo, Brea de Tajo, Brunete, Cadalso de los Vidrios, Camarma de Esteruelas, Campo Real, Carabaña, Casarrubuelos, Cenicientos, Ciempozuelos, Colmenar del Arroyo, Colmenar de Oreja, Colmenar Viejo, Corpa, Cubas de la Sagra, Chapinería, Chinchón, Estremera, Fresno de Torote, Fuenlabrada, Fuente el Saz de Jarama, Fuentidueña de Tajo, Getafe, Griñón, Humanes de Madrid, Loeches, Meco, Mejorada del Campo, Molar (El), Moraleja de Enmedio, Morata de Tajuña, Móstoles, Navalagamella, Navalcarnero, Navas del Rey, Nuevo Baztán, Olmeda de las Fuentes, Orusco, Parla, Patones, Pelayos de la Presa, Perales de Tajuña, Pezuela de las Torres, Pinto, Pozuelo del Rey, Redueña, Ribatejada, Rivas-Vaciamadrid, Rozas de Puerto Real, San Martín de la Vega, San Martín de Valdeiglesias, Santorcaz, Santos de Humosa (Los), Serranillos del Valle, Sevilla la Nueva, Talamanca del Jarama, Tielmes, Titulcia, Torrejón de la Calzada, Torrejón de Velasco, Torrelaguna, Torremocha de Jarama, Torres de la Alameda, Valdaracete, Valdeavero, Valdelaguna, Valdemorillo, Valdemoro, Valdeolmos, Valdepiélagos, Valdetorres de Jarama, Valdilecha, Valverde de Alcalá, Velilla de San Antonio, Vellón (El), Venturada, Villaconejos, Villa del Prado, Villalbilla, Villamanrique de Tajo, Villamanta, Villamantilla, Villanueva de la Cañada, Villanueva de Perales, Villar del Olmo, Villarejo de Salvanés, Villaviciosa de Odón.

La producción de estos olivares alcanza las 4.000 toneladas anuales, juntando las explotaciones de los casi 100 municipios que producen aceitunas. Las variedades de aceituna más comunes dentro de la Comunidad de Madrid son la cornicabra y la manzanilla. La picual, carrasqueña, gordal y verdeja están también muy presentes en las explotaciones madrileñas. Estas variedades se han adaptado al medio con el resultado de un aceite multivarietal con propiedades muy características que no están presentes en ninguna otra comarca.

La calidad de los aceites de Madrid es legendaria. Las características que mejor definen el aceite son su escasa acidez, su color amarillo intenso y su sabor afrutado. El equilibrio en boca entre amargo y picante hace que sean muy apreciados. Se trata de un producto natural que mantiene perfectamente sus cualidades organolépticas.

Las condiciones climatológicas de la zona van desde grandes heladas con -4º y -5º grados de temperatura en el momento de la recolección hasta sequía, bajas precipitaciones y veranos muy cálidos. Esta difícil climatología provoca una respuesta natural en el olivo, intensificando la percepción de los descriptores sensoriales en el aceite. Este aspecto está ampliamente documentado en la bibliografía científica. Durante la temporada de verano, las plantas sufren un  estrés hídrico en el proceso de maduración que desemboca en unos aceites más amargos y picantes pero sin embargo muy equilibrados.

Los madrileños son en general olivares de poca producción y veceros (dan producción un año, pero no al siguiente), debido a las características geológicas, edafológicas y climatológicas. Se trata normalmente de suelos poco profundos, alcalinos y salinos.

Muchas de las hectáreas de olivar de la Comunidad de Madrid son de olivar tradicional o centenario. Este tipo de olivicultura desempeña un  importante papel en la protección del suelo y conservación del paisaje madrileño.